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Salud mental y trabajo

Actualizado: 22 ene 2020


Un reportaje publicado por Ciper en el mes Septiembre del año 2012 destacaba que el porcentaje de recursos del fondo de salud destinado a salud mental, si bien ha aumentado en los últimos años, ubicándose actualmente en torno a un 3%, aún no ha aumentado lo suficiente en relación a la importancia que tienen los problemas de salud mental en el país.

En 2006, la Organización Mundial de la Salud señaló este debería oscilar alrededor de a lo menos el 6% a 10% del presupuesto total de salud (en los países europeos se sitúa entre el 8% y el 16%).En relación al 2,14% del presupuesto de salud pública asignado a salud mental (2004), Chile se ubicaba bajo varios países Latino Americanos, tales como Uruguay (8%), Costa Rica (8%), Cuba (5%) y Brasil (2.5%).

De todo el gasto en salud mental, el 33% es asignado a los hospitales psiquiátricos, lo cual representa una reducción significativa del 57% del año 1999. En el sistema privado, los seguros de salud (Isapres) entregan una cobertura de atenciones de salud mental aún insuficiente y por lo general con un alto copago.

El costo diario de los medicamentos antipsicóticos más baratos es de US $ 0.43 dólares y para los antidepresivos es del orden de US $ 0.05 dólares.(antes de aplicación de nueva ley de fàrmacos)

Todo indica que en Chile nos encontramos en un proceso de transición propio de los países en desarrollo, asociadas a la aparición de trastornos emocionales y de síntomas psiquiátricos y psicosomáticos. Por lo tanto, es necesario que una estrategia de salud mental abra una discusión en torno a la redistribución de los recursos públicos en salud en función del perfil epidemiológico del país, es decir, en función de las enfermedades con mayor prevalencia en la población.

En Chile una de cada tres personas sufre problemas de salud mental en algún momento de su vida. Santiago encabeza las capitales con mayor número de trastornos ansiosos y depresivos en el mundo, lo cual se ha traducido en un aumento explosivo en el consumo de antidepresivos. Por otro lado, la mayor prevalencia de desórdenes emocionales y del comportamiento ha provocado parte importante del aumento en la cantidad de licencias médicas en Chile.

A partir del año 2008, los problemas psicológicos se convirtieron en la primera causa de incapacidad transitoria entre los beneficiarios del sistema público de salud. En paralelo, se produce una mayor demanda de atención psicológica y psiquiátrica: una de cada tres consultas en todo el servicio público de Santiago estaría dada por trastornos ansioso-depresivos.En suma, la prevalencia de dificultades en salud mental es un problema mayor para las políticas públicas, más aún cuando para una buena parte de los trastornos psicológico-psiquiátricos existe una relación inversa entre prevalencia y estrato socioeconómico, es decir, los más pobres tienen una carga mayor de problemas en salud mental.Sin duda, esto constituye un problema mayor para el país en su conjunto, puesto que, según estimaciones para los países desarrollados, los costos asociados a los trastornos mentales oscilan entre un 3% a 4% del PIB.

Invertir más en salud mental es un buen negocio para el país: el costo indirecto asociado a las enfermedades de salud mental y abuso de sustancias (pérdida de productividad, ausentismo laboral, aumento del uso y costo de los servicios generales de salud, etc.) generalmente es mayor a los costos directos del tratamiento (incluso si éste es de largo plazo y se extiende por largos periodos).La última Reforma de Salud en Chile (2005), con su ley emblemática de Garantías Explícitas en Salud (GES, más conocida como AUGE), incorporó gradualmente la cobertura de problemas de salud mental: el tratamiento del primer episodio de esquizofrenia (2005), el tratamiento integral de las personas de 15 años y más con depresión (2006) y el tratamiento del consumo perjudicial y dependencia de alcohol y drogas en menores de 20 años (2007). Esto constituye una reforma inédita e importante, tanto en Chile como en el mundo.

Sin embargo, existen trastornos psicológicos de alta prevalencia que no han sido incorporados en el plan AUGE, y la inversión realizada no ha sido suficiente para disminuir la prevalencia de enfermedades mentales en Chile (incluso de aquellas que sí están cubiertas).

Si antes de la aplicación del AUGE la prevalencia de síntomas depresivos en la población era de 17,5% (2003), en 2009 este porcentaje habría llegado a 17,2%; es decir, prácticamente no hubo cambio.Los empleadores deben apoyar a su personal en problemáticas relativas a salud mentalLas patologías relacionadas a salud mental cuestan al Reino Unido sobre £ 70 mil millones cada año, según un informe publicado por la Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo (la OCDE) en febrero.

Salud mental y trabajo.

El informe británico de salud hizo una serie de recomendaciones, incluyendo que los empleadores deberían estar mucho más comprometidos con en el apoyo a sus empleados en asuntos de salud mental.Dame Carol Black – consejero experto sobre salud y trabajo en del Departamento para la Salud, comentó: ” Lo que rescato de esta pieza de trabajo, es que tenemos que ser mucho mejores en su intervención temprana. ”

También debemos ser proactivos y tener lugares de trabajo apropiados, donde los gerentes son bien entrenados y en donde los empleados cuenten con autonomía y se sientan contentos de ir a trabajar.”Stephen Bevan, director del Centro de la Eficacia de Mano de obra en la Fundación de Trabajo, quién promocionó el lanzamiento del informe, dijo que muchos empleadores de grandes empresas hacen una excelente labor alrededor de la salud mental en el lugar de trabajo, pero muy pocos empleadores de menor tamaño lo hacen.

Black dice que empleadores como BT, EDF Energía y GlaxoSmithKline son buenos ejemplos de empleadores que muestran excelentes rendimientos de inversión y focalización en actividades para el bienestar de empleados y resiliencia.

Apoyo estatal para empleadores

En enero del año en curso el gobierno de UK publicó un informe: ”cerrando la brecha: prioridades para un cambio esencial en la salud mental”, que perfiló 25 áreas para la salud y servicios en que había que tomar medidas para superar las actuales condiciones en esta àrea.Este proporcionará apoyo a empleadores para promover el bienestar en el lugar de trabajo, aumentar la productividad y prevenir el desarrollo de stress en el trabajo.

El gobierno identificará las mejor prácticas para empleadores – desde acciones para reducir el estigma y la provisión de un efectivo apoyo en el lugar de trabajo. También, proveerá a empleadores y gerentes de línea, de información para ayudarles a entender mejor los signos de tensión y condiciones de salud mental en el trabajo.Añadió: ” Hemos estado lanzando durante los dos últimos años, una campaña llamada “cuidando su negocio” para que nuestros empleadores entiendan que la inversión en la salud mental de su personal deber ser una prioridad absoluta.CorolarioMucho nos enorgullecemos de ser un país miembro de la OCDE, pero este honor también contiene cada vez mayores y relevantes desafíos, especialmente en materia de responsabilidad social para todos los actores involucrados.Como nos recuerda la famosa frase del Divino Cayo Julio César, y que nos traslada Plutarco:“La mujer del César no solo debe serlo, sino además parecerlo.”Acerca de estos anunciosEn ocasiones, algunos de tus visitantes pueden ver aquí un anuncio.


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