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Gasto de bolsillo y Seguro Complementario de Salud.

Actualizado: 22 ene 2020


La proporción del gasto en salud correspondiente a gasto de bolsillo resulta un indicador importante de tener en consideración al momento de evaluar el desempeño de los sistemas de salud. En Chile, en el año 2009, el gasto de bolsillo representó 34% del gasto total en salud, el cual resulta considerablemente alto si se compara con el promedio para los países de la OECD que ese mismo año ascendió a 19,2%, con un rango desde 7,3% y 10,5% para Francia y Reino Unido respectivamente, hasta 47,8% para México.

En el contexto internacional, a nivel de hogares, Chile también presenta una proporción alta de gasto de bolsillo como porcentaje del consumo final de los hogares: mientras el promedio de los países de la OECD es 3,2%, en el caso chileno, esta cifra alcanza 4,6%, siendo sólo superado por México, Grecia y Suiza, con 4,7%, 5,4% y 6,2% respectivamente5. A partir de los datos que presenta una publicación que compara el gasto de bolsillo a nivel de países latinoamericanos, Chile muestra una proporción de gasto de bolsillo sobre gasto total de 11,6%, el más alto de los 12 países considerados.

Los resultados de la Encuesta de Presupuestos Familiares, muestran que en Chile, 5,4% del gasto total de los hogares es destinado a salud como gasto de bolsillo y que esta proporción es mayor mientras más ricos son los hogares: 3,3% para hogares del quintil 1 y 5,8% para hogares del quintil 5. A partir de los resultados de la misma encuesta otro artículo estimó la incidencia del gasto catastrófico en salud en Chile (usando un umbral del 30% de la capacidad de pago), siendo éste aproximadamente de 3,8 y 3,6% para 1997 y 2007 respectivamente, mostrando que los hogares de los quintiles 4 y 5 son los que presentan mayor probabilidad de caer en gasto catastrófico en salud. Además, los autores (1) muestran que los medicamentos son el componente más importante del gasto de bolsillo (55% del gasto en 2007), cobrando mayor relevancia aun para los quintiles de menores ingresos (68 y 47% para quintil 1 y 5 respectivamente).

El año 2011, el 76,2% de la población chilena estaba cubierta por el Fonasa, y el 16,9% por las Isapre. Ese mismo año, de acuerdo a los tramos de ingreso (de menor a mayor ingreso), 29,5% de los beneficiarios de Fonasa pertenecían al tramo A, 31,1% al tramo B, 16,9% al tramo C y 22,5% al tramo D.

Porcentaje del gasto en salud según tipo de gasto y sistema de salud

Analizando los montos e importancia relativa de los mismos ítems revisados de manera desagregada, se observa que el gasto promedio en medicamentos para los beneficiarios Fonasa asciende a $6.740 (31,36%) mientras que para Isapre sería de $25.837 (29,93%). Por otra parte, el gasto promedio en consultas médicas para beneficiarios Fonasa es de $2.987 (13,89%) y para Isapre de $15.258 (17,68%), mientras que el gasto en hospitalizaciones ascendería a $3.011 para Fonasa (14,01%) y $15.226 para Isapre (17,64%). Por último, en el caso de los servicios dentales, el gasto promedio para beneficiarios del Fonasa es de $3.234 (15,04%) y para los beneficiarios de Isapre de $11.982 (13,88%).

Otro nivel de análisis está relacionado con la proporción que el gasto de bolsillo en salud representa del ingreso total de los hogares. En este contexto, cuando se considera a todos los hogares de la muestra, esta proporción asciende a 5%, siendo de un 3,8% para los hogares beneficiarios de Fonasa y un 6,1% para los beneficiarios de Isapre.

Cuando se analizan dichas proporciones en términos de los deciles intragrupos (calculados al interior de los grupos Fonasa e Isapre por separado), es interesante constatar que en el caso de los beneficiarios Isapre son los deciles de menores ingresos aquellos que dedican mayor porcentaje de ingreso a realizar pagos directos en salud (9,3%), mientras que los deciles de mayores ingresos sólo destinan un 3,8% a estos fines. Lo anterior contrasta con los resultados para los beneficiarios Fonasa, en que la proporción del ingreso de los hogares dedicada a pagos directos en salud se mantiene cercana al 4% para la mayoría de los deciles, siendo más baja para los deciles de menores ingresos.

Por último, se analizan las proporciones de gasto de bolsillo en términos de los deciles de ingreso a nivel nacional. Si bien al calcular utilizando la muestra completa de hogares, los hogares Isapre quedan sub-representados en los deciles bajos de ingreso y sobre-representados en los más altos, este análisis permite identificar hogares similares en términos de ingreso y compararlos directamente. Los datos muestran que el gasto de bolsillo como proporción del ingreso no cambian radicalmente para el grupo de beneficiarios Fonasa, manteniéndose en torno al 4% para la mayoría de los deciles. Sin embargo, cuando se revisan las proporciones asociadas a los beneficiarios Isapre, se observa que los beneficiarios pertenecientes a los deciles 2, 3 y 5 destinan una proporción de su ingreso (cercana al 10%) a pagos directos en salud. Un dato interesante de resaltar es que los beneficiarios del decil 10 pertenecientes al Fonasa son aquellos que menor proporción de sus ingresos destinan a pagos directos en salud (2,2%), siendo también en el caso de las Isapre uno de los gastos de bolsillo menores (4,7%).

Seguro Complementario de Salud.

Uno de los beneficios mejor apreciados por los empleados de empresas que registran planes contributivos de seguro, es el Seguro Complementario de Salud.

Sin embargo, esto no significa que estos planes se encuentren necesariamente alineados con la realidad de salud de la mayor parte de estos colectivos, y tampoco necesariamente contemplan la data de gasto de bolsillo previamente comentada. En general, muchos corredores de seguro analizan la siniestralidad pasada del colectivo para ajustar las propuestas de las compañías escogidas; este ejercicio sin duda se realiza sobre data real acerca del uso de los empleados respecto del seguro, pero también, el usarlo per se iterará las resticciones que tiene el plan sobre el cual se desarrolla esta curva de gastos, y no, como se comportaría si este plan se ajustase mejor a la realidad de sus asegurados.

La encuesta “El seguro de salud como beneficio social dentro del ámbito de la empresa”, elaborada por Towers Watson en la que participaron más de 120 compañías, analiza cómo estos beneficios irán cobrando cada vez más importancia con el paso de los años, motivado sobre todo por el continuo aumento que la edad media de las plantillas va a sufrir a futuro, y por el peso que van a tener las empresas en la financiación de los servicios relacionados con la salud en un escenario en el que el Estado va a ir reduciendo paulatinamente los niveles de cobertura pública.

Durante la presentación de esta encuesta, se analizaron los resultados de la evolución de la siniestralidad, su impacto financiero y las medidas correctivas que las empresas se plantean para reducirla en un entorno económico en el que el ahorro en costos es una prioridad. Según el estudio, y en relación con estas medidas correctoras de siniestralidad, la reducción de sub-límites de cobertura es la opción más valorada en un 45% de las empresas encuestadas que están estudiando implantar este tipo de soluciones. La eliminación de coberturas y la implantación de copagos son la segunda y tercera opción con un 30% y un 25% respectivamente. Por todo esto, hay que poner especial atención en la identificación de qué medidas correctoras se deben aplicar, sobre todo por el posible impacto negativo que puede tener en los empleados, y en la efectividad de las mismas de cara a reducir la siniestralidad y en consecuencia los incrementos de prima.

Un dato relevante del estudio, señala que un 24% de las compañías participantes no ha realizado nunca un estudio de mercado sobre la comparativa de su póliza actual con lo que ofrecen otras compañías aseguradoras y expuso los resultados de la valoración que hacen los responsables de Recursos Humanos sobre el servicio prestado por las compañías aseguradoras concluyendo que: “aspectos como el cuadro médico y la resolución de incidencias son los aspectos valorados más positivamente por las empresas participantes, mientras que la gestión administrativa, la negociación de incrementos y la transparencia en la información sobre siniestralidad fueron aspectos con menor valoración”.

Finalmente, el estudio reconoce un importante margen de maniobra en la mejora de los incrementos de prima, ya que “el 54% de los encuestados ha declarado tener una siniestralidad por debajo del 75%, estando por debajo del 70% un 41% de las empresas participantes”.

Como Benezoom Corredores de Seguros, nuestra contribución en esta línea es no solo tomar en cuenta los aspectos valorados por los gerentes de personas y sus empleados, si ni también, habilitar tecnología de apoyo, al menos, en los siguientes aspectos en la gestión de este importante beneficio:

  • Motor de beneficios.

  • Enrolamiento, comunicación y adhesión en línea.

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Fuentes:

(1): Caracterización del gasto de bolsillo en salud en Chile: una mirada a dos sistemas de protección Carla Castillo-Laborde, Pablo Villalobos Distrans.

(2): “El seguro de salud como beneficio social dentro del ámbito de la empresa”, Towers Watson


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