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¿Retención?, o ¿Desarrollo?

Actualizado: 22 ene 2020


Preparando una propuesta de estrategia total para un cliente, me encontré escribiendo, como parte de los objetivos definidos en alta prioridad, “retener talento”.

Es lo que he venido escuchado a lo largo de varios años y se encuentra validado en la mayor parte de los textos de primer nivel - que abordan como desarrollar la dotación estratégica de una compañía de clase mundial.

Sin embargo, me cuestioné esta mecánica aprehendida por defecto, y que la verdad, no me suena, no me cuadra, ni me interpreta.

A propósito del aumento de la delincuencia, la palabra retención la relacioné naturalmente a situaciones más bien forzosas y negativas, que casi siempre, van en contra de la voluntad del sujeto “retenido”.

Fui a google a buscar la definición de este concepto, y me encontré con:

“Retención, del latín retentĭo, es la acción y efecto de retener: “conservar algo, impedir que se mueva o salga, interrumpir su curso normal. En biología, la noción de retención hace referencia a la dificultad fisiológica para eliminar los líquidos del organismo.”

¿Le parece sugerente, seductora, o positiva?

A mi, No!

¿En que se pensó al explicitar la acción de “retener” como parte esencial de estrategias, presentaciones y verbalizaciones en gran parte de los contenidos dirigidos a gerentes de personas y líderes de importantes compañías?

Lo primero que se me viene a la cabeza, fue que aquellos trabajadores “talentosos”, ojalá permaneciesen con nosotros durante todo su tiempo productivo, entregando lo mejor de ellos…

Sin embargo, al revisar esa premisa me parece evidente preguntarme:

¿Porqué deberíamos esperar que un buen trabajador de lo mejor de si mismo - ojalá durante toda su vida productiva para nuestra compañía? ¿No debiese venir acompañado este objetivo con una retribución equivalente desde la compañía?

Es decir, no deberiamos entregar lo mejor de nosotros a este trabajador como retribución a su entrega?

Entonces, la premisa que construyó la idea de retención como la mejor inversión de toda compañía de clase mundial, me parece más completa, justa y constructiva, al elaborarla como:

“Que aquellos hombres y mujeres talentosos de la compañía permanezcan con nosotros por largo tiempo, entregando lo mejor de ellos y recibiendo lo mejor de nosotros.”

Al plantearlo de esta forma, me parece que el contexto que cubre a este objetivo es, igual que en el caso de una pareja que permanece muchos años juntos, una relación. Aquella, en que si no entregamos lo mejor de nosotros mismos, y a su vez, no recibimos lo mejor de nuestra contraparte, no “retendremos” a ninguno de sus integrantes por arte de magia, ni por la fuerza.

El fruto de una buena relación en el tiempo debiese traducirse en un desarrollo integral de cada uno de sus participantes; en un ciclo virtuoso de crecimiento y aprendizaje en el tiempo, que edifique etapas cada vez más prósperas y equilibradas, hasta la etapa de retiro.

Propondré en mis próximas presentaciones, conversaciones y propuestas esta aproximación, a través del siguiente marco de gestión integrada:

Sé, que como todo cambio, no será fácil; pero en la medida que llego al final de este artículo, siento cada vez más disonante hablar de “retener a nuestros mejores trabajadores”.

Jorge Gandara C

Benezoom


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