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La muerte y los impuestos.

Actualizado: 22 ene 2020


Benjamín Franklin, no fue el primero en utilizar estos dos conceptos en una misma frase, pero es probablemente el responsable que conozcamos la famosa frase “la muerte y los impuestos son las dos únicas cosas completamente ciertas en la vida”. A su vez, Abraham Lincoln también nos heredó un importante pensamiento diciendo “When I do Good, I feel Good. When I do bad, I feel bad. That´s my religión”.

Si analizamos esas dos frases, podremos hacer una analogía con lo que ocurre actualmente en las empresas, determinando que tienen un tremendo significado.

En el caso de la muerte, es absoluto que todos sabremos que ocurrirá, pero nadie puede saber con exactitud el día; dicha incertidumbre solo te lleva a un solo camino recomendable: siempre debes estar preparado, sin “deudas” pendientes. Es cierto que uno nunca podrá estar del todo preparado, pero las cosas realmente importantes deberían estar resueltas.

Sobre los impuestos, la omisión de pagarlos se podrá mantener durante un tiempo, sin perjuicio que la regla general es que terminarás pagándolos de todas maneras, por lo que sería recomendable hacerlo en tiempo y forma; no solo por las consecuencias negativas que podrás enfrentarte en caso de omitirlos, sino porque simplemente es un deber. Por tanto, en las situaciones que viven a diario las empresas, ocurre que en ciertas ocasiones hay tantos asuntos que atender que se puede caer en la dinámica de atender lo urgente relegando lo importante y esa relegación puede volverse un estado permanente, quedando en el olvido. El problema es que estos asuntos importantes tarde o temprano, aparecerán sobre la mesa.

Es muy probable que las empresas busquen actuar bien, dado que debe haber sido la directriz que visualizaron sus fundadores del deber ser. Parecería lógico que así fuera, ya que a mayoría de los seres humanos nos sentimos a gusto con las buenas acciones. Sin embargo, alejarse del camino no es sinónimo a actuar intencionadamente, sino que también podrá suceder por descuido o desconocimiento.

Por tanto, las empresas deben tener una preocupación constante por el actuar bien desde el primer momento, no solo por eficiencias que ello conlleva, sino porque eso es lo corresponde y eso es lo que el ser humano instintivamente busca. Sin embargo, hacerlo de la manera contraria, también tiene consecuencias, que generalmente se traducirán en impactos económicos, reputaciones y legales.

Cuatropolos.


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