El comienzo de un año siempre incluye una invitación a analizar, en el más amplio sentido de la palabra.
En términos laborales, deberíamos meditar, en primer lugar, acerca de cómo fue la gestión realizada el año anterior, y cómo ésta fue evaluada por las personas a las cuales se dirigió, determinando las cosas buenas y aquellas mejorables; pero también nos obliga, después de realizar dicho diagnóstico, a establecer las oportunidades hacia futuro.
Ambas gestiones son complejas y extraordinariamente importantes; la mayor dificultad en el análisis del ejercicio anterior, muy probablemente, es que “la recomendación viene muy de cerca”. La autoevaluación es un mecanismo muy relevante, pero que puede contener múltiples sesgos; sin embargo, el análisis hacia el futuro puede ser aún peor -ya que no recae sobre hechos- si no, sobre suposiciones, las que conllevan importantes grados de incertidumbre.
En término generales, las personas pueden manejar bien una incertidumbre que denominaremos “normal”. Es propio de la vida no tener todo controlado y en alguna medida estamos acostumbrados a ello, por lo que lo asumimos correctamente; sin embargo, esta situación puede cambiar radicalmente si dicha incertidumbre aumenta, pudiendo incluso llegar a paralizarnos.
La actualidad de nuestro país conlleva implícito una importante sensación de incertidumbre, la cual se refleja en múltiples ámbitos de nuestras vidas; por tanto, aunque aquello tiene aristas negativas, como la manifestada, también puede contener oportunidades!
En dicho contexto, hay verdades que son irrefutables…
Una de ellas es que las empresas deberán seguir funcionando y dado aquello, este período invita a que éstas tomen un rol aún más protagónico en la calidad de vida de sus trabajadores. Lo importante para hacerlo bien será determinar el qué y cómo hacerlo.
Por tanto, generar un adecuado diagnóstico se transforma en algo esencial; sobre todo, centrado en las personas que conforman su empresa. Se debe tener en cuenta que lo que sirve en una determinada compañía puede no resultar en otra; incluso, lo que es beneficioso para los trabajadores de una determinada empresa puede no serlo para otros trabajadores de la misma que realicen otras funciones, o bien, se ubiquen en otro lugar físico; asimismo, lo que era positivo en años anteriores, puede ya no serlo.
Realizar un adecuado diagnóstico le entregará de forma más objetiva, un panorama en torno a las problemáticas que debería atender; esto será el comienzo de un camino en la búsqueda de alternativas para corregirlas o disminuirlas.
Para hacer las cosas bien, ¡Hay que partir bien!
Solo con una sólida base se podrán obtener las conclusiones correctas, así como buscar las soluciones más adecuadas para atenderlas. Es importante considerar, que mantener problemas sin solucionar, no deja únicamente a ese asunto particular vigente, sino que puede contagiar otros temas o ámbitos, que solo lograrán aumentar el problema.
En tiempos de una evidente mayor incertidumbres existen zonas de oportunidad, para cual es clave tener en cuenta, al menos, las siguientes premisas:
Es muy rentable preocuparse por sus trabajadores, tanto social como económicamente hablando,
Pequeños cambios pueden hacer grandes diferencias, siempre que la base de inicio esté sólida y correctamente determinada.
Solicite aquí una reunión de Diagnóstico 2020, basada en nuestra “Propuesta de Valor para Trabajadores”.