El estudio desarrollado por el economista Claudio E. Raddatz K. para Cajas de Chile AG en agosto y presentado por Diario Financiero el 07/12/2023, arroja importante información acerca del endeudamiento y sobreendeudamiento de trabajadores en Chile, y plantea interesantes propuestas de mejora.
A pesar de los beneficios de contar con acceso a crédito, es posible que debido a eventos muy adversos inesperados o a una inadecuada planificación o comprensión de productos financieros, algunos hogares acumulen niveles de deuda que no les es posible servir o cuyo servicio genera grandes dificultades económicas, situación que la literatura ha denominado sobreendeudamiento.
Si bien no existe una definición unica, todas tratan de capturar situaciones donde el servicio de la deuda se torna inviable, requiere que la persona o el hogar no satisfaga sus necesidades básicas, o requiere una altísima carga laboral (D'Alessio and Iezzi, 2013; Ruiz-Tagle et al., 2013). Algunas medidas de sobreendeudamiento consideran la fracción del ingreso mensual que un hogar destina al pago de la deuda (conocido como la razón de carga a ingreso), otras el número de meses de ingreso que debiese destinar el hogar a pagar la deuda (conocida como la razón de deuda a ingreso), o simplemente se basan en la percepción del deudor respecto a su situación de endeudamiento.
La literatura ha documentado que el sobreendeudamiento tiene importantes costos económicos y psicológicos (Choi, 2009). Algunos individuos sobreendeudados desarrollan ansiedad y estrés que les impide concentrarse adecuadamente, reduciendo su productividad, e incluso resultando en despidos que complican aún más la situación inicial. Otros tratan de mantenerse a flote tomando multiples empleos y sacrificando tiempo personal y familiar.
Dados los costos involucrados y la poca utilidad práctica de perseguir indefinidamente créditos que no pueden ser repagados, la mayoría de los países cuenta con marcos de insolvencia de personas que permiten al deudor salir de su situación de sobreendeudamiento y partir de nuevo; y a los acreedores recuperar alguna parte de los créditos y castigar el resto (World Bank, 2014).
En Chile, el acceso a crédito de los hogares ha aumentado durante las últimas décadas, con los beneficios y costos que esto conlleva. Por ejemplo, de acuerdo con la Global Findex Data base del Banco Mundial, la fracción de individuos de más de 15 años que tenía algún crédito de una instituci6n financiera formal aumentó tres veces, de 8 % a 24 % entre 2011 y 2021. Sin embargo, en lo más reciente, una serie de cifras coyunturales sugiere que el sobreendeudamiento se podría haber acrecentado, especialmente en hogares de menores ingresos.
El ultimo "Informe sobre Endeudamiento" de la CMF advierte que "existen importantes grupos de personas con indicadores que superan indices 'saludables' de deuda".1 Por ejemplo, de acuerdo a ese informe, un 20,7 % de los deudores bancarios tiene una carga financiera que supera el 50 % de sus ingresos. Si sumáramos a los deudores no bancarios, no considerados en esta medición, como los créditos automotrices, de Cajas de Compensación, casas comerciales o prestamistas informales, entre otros, esta cifra podría aumentar.
El mismo informe concluye que "en el contexto internacional, el endeudamiento agregado de los hogares en Chile exhibe un nivel algo superior al observado en países de similar ingreso per capita", aunque el análisis nuevamente se restringe a los deudores bancarios. Cabe preguntarse entonces si estos patrones se observan al considerar el conjunto de deudores y una gama más amplia de fuentes de crédito.
En contrapartida, los hogares chilenos ahorran cada vez menos. El Informe de Cuentas Nacionales por Sector Institucional del Banco Central de Chile del primer trimestre del 2023 muestra que, a pesar de mostrar un pequeño repunte, la tasa de ahorro de los hogares se situó en 0,8 % del PIB; muy por debajo de los niveles cercanos a los dos dígitos que representaba una década antes.2
A su vez, un reciente estudio de Deloitte sobre las tendencias del Ahorro en Chile (Deloitte, 2023), reveló que casi 2 de cada 5 adultos no tiene ningún tipo de ahorro, número que debiera ser bastante mayor si excluimos los ahorros previsionales. El panorama es igualmente negativo si consideramos que, según datos del INE, 4 de cada 5 trabajadores gasta todos sus ingresos, lo que implica que la capacidad de ahorro voluntario es minima en la mayoría de los hogares, así como la capacidad de salir del endeudamiento crónico para varios segmentos de hogares.
Respecto a mecanismos para lidiar con el sobreendeudamiento, más allá del marco provisto por la Ley de Insolvencia y Reemprendimiento orientada a hogares que ya están en mora en sus deudas, existen pocas opciones para hogares que empiezan a verse afectados por esta situación y desearían resolverla. Por el lado de oferta, son poco los oferentes masivos, básicamente el BancoEstado, Cajas de Compensación y Cooperativas, los que ofrecen condiciones accesibles para el reordenamiento de deudas.
En ese contexto, este estudio busca dar una vision integral del financiamiento y endeudamiento de los hogares chilenos, especialmente aquellos de menores ingresos, su evolución en el tiempo, sus determinantes, y discutir opciones para lidiar con el problema del sobreendeudamiento. Con este objetivo, el estudio busca arrojar luz sobre las siguientes preguntas ¿Cómo se financian los hogares chilenos, especialmente los de bajos ingresos? ¿Cuáles son los principales oferentes de crédito a hogares? ¿Estan los hogares chilenos muy endeudados en relación con hogares de otros países? ¿Hay segmentos de ingreso donde el endeudamiento de los hogares sea más problemático? ¿Importa el tipo de deuda para el sobreendeudamiento? ¿Cómo lidiar con el sobreendeudamiento? ¿Es el marco chileno adecuado? ¿Hay espacio de mejora?
Variación de la oferta de crédito formal.
Con todo, las figuras a y b muestran que las fuentes formales de crédito que, de acuerdo la encuesta financiera de hogares, se habían tornado más prevalentes para hogares de menores ingresos (bancario e hipotecario) han desacelerado su crecimiento en lo más reciente. Luego de una contracción importante el ano 2021, que parece asociada a factores de demanda, la oferta de crédito bancario de consumo e hipotecario aumentó rápidamente hasta mediados del 2022. Sin embargo, a partir de ese momento el crecimiento de estas fuentes de crédito se desacelera.
Otras fuentes de crédito que habían sido históricamente importantes, pero que habían caído en relevancia en años recientes, tales como el crédito de cajas y cooperativas o de casas comerciales igualmente experimenta una desaceleración en este período. Esto podría llevar a una caída en la tenencia de deuda en general o a un cambio composicional hacia fuentes informales que anteriormente jugaban un mayor rol.
Muy probablemente el resultado es una combinación de ambos márgenes.
La evidencia obtenida a partir de las diversas fuentes de datos analizadas sugiere que las variaciones de los volúmenes de crédito de oferentes formales observados en los últimas cinco años tienen orígenes diversos. Mientras la desaceleración observada en el año 2021 sería consistente con una menor demanda de crédito de los hogares posiblemente debido a la mayor holgura financiera resultante de los retiros de fondos de pensiones y las transferencias estatales, el ciclo de expansión y contracción observados a partir de comienzos del 2022 estarían principalmente asociados con movimientos en la oferta de crédito formal (bancos, cooperativas, cajas de compensación, y empresas del retail).
Dado que, en el pasado, cambios en la demanda por crédito formal han estado asociados con una sustitución hacia fuentes informales de financiamiento, es posible que este fenómeno se esté desarrollando durante el último año.
Medidas de sobreendeudamiento.
La Figura 12 muestra cómo se traducen estos indicadores en dos medidas de sobre endeudamiento:
- La percepción de sobreendeudamiento de los hogares en distintos niveles de ingreso, y
- La fracción de hogares con RCI > 40%, ambos condicional a tener deuda.
RCI: Relación carga financiera a ingreso.
Sobreendeudamiento de hogares en Chile.
(a) Hogares que se autoperciben sobreendeudados: EFH 2014-2021 (b) Hogares con RGI > 0,4: EFH 2011-2021
A traves de quintiles, la percepción de sobreendeudamiento muestra una tendencia decreciente, excepto en el quintil 3 (Figura a). Entre 2017 y 2021, esto es consistente con la caída observada en la RDI que es relativamente menos pronunciada par el tercer quintil. Llama la atención, sin embargo, el contraste observado entre la caída pronunciada en la percepción de sobreendeudamiento en el primer quintil y el aumento importante en la carga financiera.
La evolución de la fracción de hogares con RCI > 40 % muestra una tendencia creciente en el tiempo a traves de quintiles. Similarmente, esta fracción cae el año 2021 a través de grupos de ingreso, excepto el primer quintil.
Con todo, los datos de encuestas muestran que una fracción de entre 30% y 40% de los hogares de menores ingresos están con altos niveles de deuda y se perciben a sí mismos como sobreendeudados. Esta fracción de hogares decae muy ligeramente con el nivel de ingresos, llegando a alrededor de un 20 % en hogares del mayor quintil de ingresos.
Esto nos indica que, si bien los hogares de menores ingresos son más afectados por el sobreendeudamiento, el fenómeno es más transversal de lo que uno esperaría, estando presente en magnitudes importantes de hogares de todos los niveles de ingreso.
1. Comisión para el Mercado Financiero (2022)
2. Banco Central de Chile (2023)
Fuente: Financiamiento y Endeudamiento de Hogares en Chile, Caracterización y Opciones de política, Claudio E. Raddatz K. Informe preparado para Cajas de Chile AG, agosto de 2023.
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