El impacto generalizado de la crisis sanitaria y económica del coronavirus interactúa con desigualdades preexistentes que harán que la recuperación sea más difícil para algunos hogares. Una de esas desigualdades estructurales es la desigualdad de género.
La Encuesta Social COVID-19 entrega luces sobre algunas de estas desigualdades y sus consecuencias para la recuperación.
Las mujeres están regresando en menor número al mercado laboral.
Hombres y mujeres perdieron el empleo durante la crisis más o menos en igual proporción, de 30%, y por las mismas razones, aunque se observa una leve brecha en los grupos de mayor edad. Sin embargo, hombres y mujeres no están regresando al mercado laboral a la misma tasa.
En esta diferencia influyen, por una parte, el hecho de que algunas de las industrias más afectadas por la crisis tienen una proporción relativamente alta de trabajadoras, y por otra la desigual distribución del trabajo no remunerado en los hogares, en un contexto en que las tareas domésticas se han intensificado.
Concretamente, entre quienes perdieron o renunciaron a su trabajo, al momento de levantarse la encuesta 62% de los hombres se mantuvo en el mercado laboral, ya sea porque estaban trabajando en otro empleo (7,7%) o estaban buscando uno (54,7%). Lo mismo era cierto solo para el 41% de las mujeres: 6% tenía un nuevo trabajo y 35% estaba buscando. Las desigualdades de género en esta materia son marcadamente más agudas en los tres quintiles de menores ingresos.
Persistencia de la desigual distribución del trabajo no remunerado durante la crisis.
Debido a las medidas de confinamiento, muchos hombres y mujeres se vieron obligados a quedarse en casa. Pese a esta nueva situación dentro de los hogares, los datos reflejan que el trabajo doméstico durante la pandemia sigue siendo desarrollado principalmente por las mujeres.
Con todo, la percepción sobre la distribución de tareas previo al inicio de la pandemia es dispar: casi seis de cada diez mujeres entrevistadas responden que en su hogar las labores domésticas y de cuidado las realizan principalmente mujeres. Solo tres de cada diez hombres responde lo mismo, mientras que el resto dice que la distribución era igualitaria.
Sin embargo, existe acuerdo transversal en que durante la crisis la distribución de tareas al interior de los hogares se ha mantenido inalterada: mas de un 80% de los hombres y las mujeres entrevistadas afirman que esta no ha cambiado.
Hogares con jefatura mujer: más golpeados por la crisis
Durante la pandemia, aquellos hogares en que la jefa de hogar es una mujer se han visto particularmente afectados. Esto, en parte, porque en un 40% de estos se había reducido el número de ocupados y, más aún, en casi un tercio no había ninguna persona ocupada (versus un 24% de hogares con jefe de hogar hombre). Estos hogares, que históricamente han estado en posiciones de mayor vulnerabilidad, tendrán mayores dificultades durante la recuperación. En efecto, más de la mitad de estos hogares reportan que hoy los ingresos no alcanzan.
Como estrategia para enfrentar la insuficiencia de ingresos, es mayor la proporción de hogares con jefatura mujer que ha debido reducir activos, endeudarse y buscar nuevas fuentes de ingresos, especialmente en los hogares de menores ingresos.
A su vez, casi un tercio de los hogares con jefa de hogar mujer redujo sus gastos en tratamientos de salud, uno de cada cinco redujo gastos en medicamentos, y una proporción similar ha experimentado inseguridad alimentaria.
Adicionalmente, y en parte como consecuencia de esta acumulación de impactos, las mujeres presentan mayor porcentaje de síntomas de ansiedad o depresión durante la crisis (26% ellas, 16% ellos).
Fuente: PNUD Chile, Encuesta social Covid-19.
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