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Foto del escritorarmando bienestar

UN ENEMIGO CADA VEZ MÁS BULLICIOSO.





En nuestra columna de la semana pasada expusimos sobre la importancia de entregar beneficios por parte de las empresas a sus trabajadores. Los segmentamos en “trascendentales”, “caramelos” y “descontextualizados”, siendo los primeros los realmente relevantes y donde creemos que las empresas deben poner todos sus esfuerzos, ya que marcarán, de seguro, una gran diferencia de cara a sus trabajadores e, incluso, su grupo familiar. También mencionamos que, dada nuestra experiencia, un programa de bienestar financiero encaja correctamente en ese grupo, porque la situación en Chile es absolutamente extrema, lo que es fácilmente acreditable.


Anteriormente a la pandemia mundial que nos azota, era habitual ver en periódicos y/o noticieros reportajes sobre el endeudamiento o sobreendeudamiento de los chilenos. El mayor problema es que ese dato, venía empeorando con constancia. Algunos reportajes de principio de año relataban así el aumento de la deuda de los hogares en Chile:


“En su informe de Cuentas Nacionales de Chile por sector institucional, correspondiente al tercer trimestre de 2019, la deuda de los hogares del país llegó a un 75%, calculado como porcentaje del ingreso disponible a la fecha”.



El titular fue Asfixiante: endeudamiento de los hogares en Chile marca nuevo récord”. Agrega “… El ministro de Economía, Lucas Palacios reaccionó a estos datos. Vía Twitter, lo comentó así: “Asfixiante... Tras alza de 2.9% en 12 meses, deuda de hogares alcanza 75% de ingreso de familias. A veces no queda otra y personas se endeudan para vivir, pero comisiones e intereses usureros no pueden transformarse en pesadilla. Tema que estamos revisando en agenda Trato Justo”.



“…El problema es que hay más. Se desconoce el real endeudamiento de los hogares con aquellas empresas que no informan a la CMF, como algunas cooperativas, parte del retail, empresas dedicadas a la venta de autos, farmacias, supermercados. El alto nivel de endeudamiento de los hogares chilenos es una materia que debe estar en la pauta de programas y políticas de gobierno. Más aún con las señales enviadas por el Banco Central.”


Podríamos incluir múltiples reportajes que vienen realizándose hace años para ejemplificar la situación, pero creemos que el tema está absolutamente acreditado. Sí nos parece muy interesante y preocupante destacar el punto que levanta el Diario Concepción, dado que, aún cuando las cifras para determinar el endeudamiento son “oficiales”, no contemplan la deuda total, ya que hay múltiples instituciones que no la informan a la CMF y a eso, habría que agregarle las deudas informales. Por lo tanto, esta foto de principio de año, es la mejor situación posible, pero sabemos que sería bastante peor, en caso que incluyéramos todas las fuentes de endeudamiento.


En base a la evidencia, éste debe ser de los problemas más grave que tiene el país actualmente, el cual goza de bastante transversalidad, tocando a todo estrato social. Atenderlo de todos los ángulos posibles, debiese convertirse en una meta nacional y, por ello, una preocupación de las empresas, que son el motor de los países y reales vehículos de cambios. Principalmente porque en todas existirán trabajadores con algún tipo de problema económico. Lo agrava el hecho que, comúnmente, no serán casos aislados, sino que constituirán, con bastante certeza, una mayoría.


Como sostuvimos en nuestra columna del 16 de abril “Muchas de las malas decisiones que toman los trabajadores en su vida privada, lo hacen por desconocimiento, mala información, o carecer de competencias para operarlas de manera eficiente. Nadie podría atribuir los niveles de sobreendeudamiento en Chile solo a un determinado modelo económico, porque han sido engañados por una sed de consumo producto de la publicidad, o debido a que tuvieron acceso fácil a crédito; de hecho este último fenómeno, debiese apoyar el bienestar de muchas personas, en la medida que más segmentos pueden acceder a fuentes formales de financiamiento - con normas reguladas de cobros y mejoras paulatinas en condiciones. La comparación social tampoco es la responsable.


Todo ha influido evidentemente, pero lo más sensato es pensar que fue porque no entendieron lo que estaban contratando, cuánto pagarían y las consecuencias que conllevaría para su vida. La gratificación inmediata nubla la razón de lo que conllevará en el futuro su compra y financiamiento. Ese razonamiento está muy ligado a la falta de competencias básicas en aspectos financieros cotidianos.


Por lo tanto, sabiendo que ningún programa de bienestar financiero va a solucionar todos los problemas que existen en la materia, sí estamos seguros que aquellos fundamentados en metodologías serias, y estructurados en etapas con seguimiento y retroalimentación para mejoras, podrán hacer alguna gran diferencia; no solo para un trabajador, sino, para su grupo familiar extendido y compañeros de trabajo.


Los datos sobre el endeudamiento en el país de principio de año eran muy preocupantes e invitaban a tomar el asunto con sentido de urgencia, sin embargo, se agravarán extremadamente durante y post pandemia, por lo que las medidas en las empresas deben partir ahora para que las consecuencias sean lo más atenuadas posibles.


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